lunes, 6 de diciembre de 2010

La experiencia de una de las facilitadoras

Formar parte de este proyecto ha sido una gran enseñanza,  no sólo a nivel personal sino también a nivel emocional. Debo reconocer que el convivir con personas con discapacidad intelectual no era algo que deseaba, no por el hecho  de que tuvieran discapacidad pero sí por no saber como tratarlos o comunicarme con ellos. PAPDI me ha dado la oportunidad de aprender a convivir y como tratar a personas con discapacidad. Este proyecto tiene como objetivo el ayudar al desarrollo de los chavos haciéndolos más independientes. Esta experiencia me ha ayudado principalmente a entender que las personas con discapacidad intelectual pueden ser tan independientes como nosotros los dejemos ser,  tienen y son capaces de expresar los mismos anhelos y deseos que cualquiera de nosotros. Su discapacidad no los limita a crear y a soñar.
En estos meses me he sentido muy contenta en formar parte de este proyecto ya que este es un verdadero servicio social en donde tienes la capacidad de cambiar la vida de una persona. Para mí no es una carga el asistir 2 días a la semana, sino todo lo contrario, lo disfruto. El ambiente que se vive ahí es de mucho compañerismo,  armonía y respeto. Sabes que ahí puedes ser tu misma y que no habrá nadie que te juzgue, que incluso cuando tengas algún tipo de problema no faltará alguien que logre sacarte una sonrisa.
Ha sido de gran satisfacción para mí ayudarlos en su desarrollo. No solamente académico sino también a nivel personal y emocional.  El poder darte cuenta que después de un par de meses, ellos hayan avanzado de manera significativa en su desarrollo personal, es muy gratificante ya que sabes que de alguna manera  contribuiste a ese crecimiento. Se cree que ellos son los que aprenden de nosotros, y en cierta parte así es, pero lo que no es de esperarse es que tu aprendas de ellos. Los chavos te transmiten esa felicidad que sienten a pesar de sus discapacidades, incluso  hay momentos en que te contagian con su despreocupación hacia la vida, con su inocencia y con esa simplicidad de ver las cosas. Creo que debes en cuando deberíamos ser como ellos y tomar las cosas más a la ligera, recordar que todo tiene solución y si no es así, tendremos una manera diferente de ver y hacer las cosas.
 En lo personal, el pasar tiempo en PAPDI  me ha hecho reflexionar que muchas cosas las damos por hecho, principalmente la salud. Nos olvidamos que el estar sanos y no padecer de alguna discapacidad es una gran fortuna.  Muchas veces ponemos más atención en cosas superficiales y banales que en lo que realmente importa. Los chavos me han enseñado que son felices a pesar de sus discapacidades y las adversidades con las que tiene que vivir todos los días, aún así siempre tratan de ver el lado positivo, lo cual me hace pensar que yo también debería a empezar a hacer lo mismo.
 Detzy Almazán

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